UNA PROPUESTA ATRACTIVA
Hace unos días, llegó a mi casilla de e – mail una serie de relatos breves de la escritora Pilar Lou Martín, o Laura Literatura, como la distingue su pseudónimo.
Debido al placer que me ha generado la lectura de los mismos, como también a mis alumnos y algunos amigos, he decidido dedicarle un espacio propio a éstos relatos breves (y otros cuantos se sumen), con el objetivo de darlos a conocer (tanto a autores, como a relatos).
Hoy es el turno del delicioso duende CASCAHUEVOS. Una historia divertida y con gran aporte de imaginación, que puede ser agradable a la lectura de grandes y chicos.
Las ocurrentes aventuras de este duende, transcurren en escenarios cotidianos, fácilmente imaginables. Además, la autora utiliza un vocabulario claro por lo cual es recomendable desde edades tempranas.
Laura Literatura escribe desde hace años, pero nunca se animó a dar a conocer sus trabajos, por ello, invito a quienes se sientan a gusto con este relato, a dejar sus comentarios alentándola a seguir en esta tarea.
Pero antes de compartir el relato con ustedes, les dejo las opiniones de algunas personas que han disfrutado del texto.
“ Cascahuevos es muy travieso, pero también inteligente, porque nunca lo encuentran…” Juanita, 5 años.
“Muy buen relato, cargado de imaginación…” Déborah, 20 años
“… es destacable la imaginación de la autora…” Sandra 41 años
“… me gustaron sus aventuras…” Kevis 9 años.
Ahora sí… con ustedes… CASCAHUEVOS:
CASCAHUEVOS
Existe un misterioso personaje, tal vez un duende, llamado Cascahuevos.
Su máxima diversión, aparte de esconder cosas, hacer maletas y deshacerlas, apagar y encender luces y otros menesteres varios, es la de cascar huevos. Sí, sí, así como suena. Cascar huevos, uno tras otro. Y si le dejan, te hace una tortilla que ni el mismísimo Arguiñano haría mejor, y en menos que canta un gallo.
Lo malo es que no repara en gastos, y te puede vaciar botellas de aceite en cuestión de minutos. Y de huevos, prepárate, que también hará buen uso de estos.
Aparece cuando menos te lo esperas, cuando has salido de la cocina un momento, por ejemplo al lavabo, o estás vaciando el carro de la compra, o estás viendo la televisión o estás comiendo., o llaman a la puerta, etc, etc. Cualquier insignificante despiste tuyo es aprovechado para que Cascahuevos haga de las suyas.
Es un duende de los más inteligentes que se hayan existido nunca, pasa a tu lado como si fuera un fantasma, porque ni le ves, de lo rápido que es, y cuando te das cuenta, cuando sientes un ruido sospechoso, vas corriendo y casi, casi le pillas in fraganti. Y digo casi, porque en seguida desaparece de tu visión, como por arte de magia. Eso sí, observarás entonces el gran estropicio que te habrá causado, porque tiempo habrá tenido de cascar antes unos cuantos huevos.
Debido a tan ilustre personaje, más de una vez, cuando he ido a hacer alguna tortillita, o rebozar algún pescado o pechuga, incluso cuando he tenido la dulce idea de hacer un pastel, me he encontrado en la penosa situación, en la desesperante agonía de no encontrar ningún mísero huevo ni en la nevera, ni en la despensa, ni en ninguna otra parte. Y si eso te ocurre durante el día, problema resuelto, bajar a comprarlos, pero ya me diréis que se puede hacer si la desgracia te acontece cuando ya está todo cerrado ‘’. No es plan de ponerse a buscar una tienda nocturna, de esas que están abiertas también durante la noche.
Claro que siempre te queda la opción de pedírselos a tu vecina, pero esa no es la solución, porque nuestro duende puede también que le haya hecho una visita por desgracia, y tampoco tenga huevos en su hogar.
He intentado por todos los medios darle alcance, pero no hay manera, Cascahuevos es más veloz que el rayo, y en cuanto ve la más ligera sombra humana, o escucha el menor susurro vocal, corre y se esconde en cualquier sitio, hasta tu próximo despiste, para volver a cometer sus fechorías domésticas.
También he intentado esconder los huevos en todas partes. No los puedo tener en la nevera, que es el primer sitio donde los busca, pero es que tampoco los puedo meter en los armarios, ni debajo de la mesa, ni detrás de las cortinas, ni tras el sofá, ni siquiera en el lavabo. Hasta en los lugares más alejados de la imaginación de todo ser viviente, los camuflé, los cubrí con trapos, para que quedasen ocultos y Cascahuevos no los viera.. Pero no existe escondite para este personaje, su mente intuitiva y clarividente lo ve todo.
Por eso, Cascahuevos, siempre encuentra huevos para cascar.
Y encima como todo los duendes, es travieso y le gusta fastidiar, te deja todo hecho un asco: cáscaras de huevos por el suelo, aceite por todas partes, todo queda pringoso, más de una vez he estado a punto de resbalarme. El hace caso omiso al peligro, pero yo sí que tengo el riesgo de padecer un accidente por su causa.
Y por supuesto, además de cascar huevos, necesita el acompañamiento para realizar mejor su faena, esto es, pelar patatas,
¡Hala, ya tenemos la tortilla de patatas completita ¡
Os podéis imaginar en qué estado lastimoso queda mi cocina.
Las pieles de estas tiradas por todos lados, en la mesa, en el fregadero, en el suelo, en cualquier espacio, menos donde deberían estar, o sea, en el cubo de la basura.
Cascahuevos, por supuesto, ni lo mira. Porque como seguramente, nació en el bosque, en la agreste y salvaje naturaleza, le importa muy poco la limpieza. Con él, no vale, eso “del frotar se va a acabar “y Don Limpío, Y MR PROPER, no tienen nada que hacer con él, `ya que como buen duende ignora todas esa publicidades y asuntos de limpieza. Tal palabra es totalmente desconocida en su vocabulario, y mucho menos en su ejecución,
Cascahuevos sólo piensa en cascar huevos y en salir corriendo si te ve.
Se han observado Cascahuevos por todas partes del mundo, en campos, en ciudades, en islas aisladas, en desiertos, en mares, hasta en las más altas montañas. Mientras haya un huevo que cascar aunque éste en el mismísimo cráter de un volcán, o en el más profundo agujero de la tierra, allí aparecerá Cascahuevos, dispuesto a seguir con su loable misión.
No obstante, el lugar idóneo para vivir Cascahuevos, su paraíso terrenal, es por supuesto una granja.
Una que tenga corral de gallinas, allí siempre habrá huevos, las gallinas los pondrán y Cascahuevos los cascará.
Seguramente muchos de vosotros habréis visto a algún Cascahuevos en vuestras vidas en alguna ocasión, o por lo menos habréis comprobado sus desbastadores efectos.
Si habéis tenido la suerte de no encontraros con ninguno, no padezcáis más, CASCAHUEVOS un día u otro aparecerá. Y desde ese momento todo cambiará para vosotros, Deberéis permanecer siempre atentos, porque Cacahuevos, una vez os haya visitado, ya no os abandonará nunca.
Mientras tanto disfrutad de vuestra tranquilidad.
Laura Literatura
Bien por Cacahuevos, simpático e intranquilo.
ResponderEliminarAh, a mi querida amiga Laura ya la conozco y sé que escribe como una poeta dulce y melodiosa, da igual que sea un cuento tan dulce e ingenioso como este, como el más gracioso de los poemas. En ella todo es creatividad dotada de una exquisita sencillez. Es fantástica, os lo digo yo. No la perdais de vista, os dará gratas sorpresas. (M.V.)
ResponderEliminarPues me ha parecido muy divertido este personaje de Cascahuevos
ResponderEliminarVerdad que lo es!!! Gracias Mágica por sumarte!!! Abrazos de luz!!!
ResponderEliminarMuchas gracias a tí, Melina.
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